

Al cabo de tres meses, a las seis de la mañana de un viernes santo me llamó y me dijo: “Diana nació tu hija”. ¡Dios! Esas palabras me quedaron grabadas para toda la vida. Mi marido, Antonela, que en ese entonces tenia 7 añitos y yo bailábamos de la alegría. Llamé a toda la familia. Avisé que viajaba a buscar a mi hija y mi hermana se quedó con Anto. Llevamos ropita de bebé de Anto y mis sobrinos, lo mínimo indispensable, y viajamos desde Rosario hasta el norte de Santa Fe. Allí nos esperaban la doctora y la mamá biológica, que nos acompañaba hasta el escribano que nos haría el acta de adopción con su concentimiento. La beba era hermosa, es hermosa.
Bueno, volvimos esa misma noche a Rosario y nos esperaba toda la flia. Fue una fiesta.
Mis hijas se adoran, se ríen cuando les dicen que no son parecidas y Aldana sabe que es mi hija de corazón desde siempre.
Vinimos a Israel por que Argentina nos dejó sin trabajo y sin futuro para las nenas, asi que, con todo el dolor del mundo, dejamos todos nuestros afectos allá y vivimos acá con trabajos. Las chicas cada una en lo suyo, Antonela ya hace un año que terminó el ejército y ahora estudia y trabaja, y Aldana está en el noveno año, entre las mejores alumnas, y estudia aparte teatro porque quiere ser actriz porque le ayuda a ser menos vergonzosa, es muy calladita y la actuación le ayuda a abrirse más naturalmente.
Bueno, esta es parte de nuestra historia y espero le de fuerzas a muchos para seguir luchando. Si pudiera adoptaría muchos más hijos. ¡¡¡Son lo mas hermoso del mundo los hijos!!!
Me olvidaba, con Miguel nos casamos cuando Antonela tenia 8 años y Aldana 11 meses, claro, si no, no hubieramos podido adoptarla, asi que nuestro casamiento fue de cuatro.
Un gran abrazo a todos.
Diana R.
2 comentarios:
mucha suerte y gracias por compartir tu historia.
kary
como ya te dije. hermosa la historia. besos
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