Video: Por una nueva Ley de Adopcion

martes, 24 de marzo de 2009

¿Cuántos niños hay en situación de adoptabilidad?

(Fuente: artículo publicado en el sitio web de Periodismo Social)

Los jueces de Menores o de Familia de cada uno de los 24 distritos del país son en la Argentina los que piden las "carpetas" con la información sobre los aspirantes a adoptar, una solicitud que hacen a los registros de sus provincias o a las ONG's con convenio para ello.

Los niños institucionalizados que ya están en condiciones de ser adoptados, a su vez, están bajo supervisión de los jueces de cada jurisdicción, mientras permanecen en institutos de Menores o en hogares sustitutos (amas externas o pequeños hogares), todas formas de encierro o "institucionalización". Pero el país carece, por ahora, de un registro nacional que complete el recién creado de potenciales adoptantes. (Ver recuadro "Alternativas a la macroinstitucionalización")

El artículo 317 de la ley 24.779, de 1997, determina que un niño está en condiciones de adoptabilidad cuando hay un abandono probado judicialmente durante al menos un año, o cuando los padres expresan ante un juez su voluntad de dar a su hijo en adopción. Pero no todos los niños institucionalizados necesitan ser dados en adopción.


"A veces la gente se cree que porque los chicos están en las instituciones están en condiciones de ser dados en adopción. Y no es así. Si los chicos están en instituciones y los padres los ven, porque en las instituciones hay visitas de los padres, los chicos no están en condiciones de ser dados en adopción. Vos no le podés quitar el chico a un padre porque lo deja en una institución", sostiene la jueza de Familia, Mirta Ilundain, de la Capital Federal. Pero sin embargo, el interrogante que surge de esta realidad es por cuánto tiempo puede permanecer un chico institucionalizado.


Cecilia Médici, asistente social especializada en adopción y presidenta de la Asociación Vivir, explica que "en el país hay casi 30 mil chicos institucionalizados por causas penales y asistenciales. Pero ni siquiera hay una lista completa de los centros donde están. Andá y preguntá a alguien dónde están los 30 mil chicos y nadie lo sabe. Yo los llamo 'los desaparecidos de hoy' y me enoja porque estos están vivos y tienen voz".


Médici considera primordial que haya un registro de los institutos, pequeños hogares y amas externas; que se sepa quién es el director, qué niños tienen, hace cuánto, qué juzgado interviene, cuántas intervenciones tuvo la Justicia ese año con un chico; cuántas veces fue una familia a ver a su niño y para cuándo se prevé el egreso, cómo y dónde se está trabajando el egreso, siempre en familia biológica, adoptiva o de guarda; y cuánto se paga por ese niño.


María Ester Benchuya, jefa del Departamento de Adopciones del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, adhiere a la idea de la importancia de un "registro único a nivel nacional de todos los chicos que están esperando para adopción" y anticipó que el área que preside está trabajando en eso, después de la reglamentación de la ley del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, establecida en el decreto 381 firmado el 28 de abril de este año por el presidente Néstor Kirchner.


"Debería haber un registro único de niños porque, en realidad, acá el más importante es el chico. Es fantástico que tengamos el registro (de postulantes), que haya un orden, que haya una base de datos, que la gente pueda consultar. Pero me parece que es mucho más importante -sostuvo la funcionaria- que se sepa cuántos chicos existen en situación de adoptabilidad en cualquier lugar del país y que podamos ir pensando que esos chicos si no salen en su jurisdicción pueden salir en la región o en otra parte, pero que los chicos tengan la oportunidad de tener una familia".


La psicóloga e investigadora Ana María Dubaniewicz explica que los primeros años son definitorios para los niños y que en su paso por el sistema asistencial ellos van sufriendo sucesivos abandonos, que hacen que se discapaciten y adquieran retrasos madurativos y afectivos que les bajan las defensas. Así, sufren infecciones intrahospitalarias que minan su físico y sus defensas afectivas, y van "perdiendo todas las opciones que tiene un chico normal". Y fue lapidaria: "Todo chico tiene derecho a vivir en una familia. Para mí -dijo- los chicos institucionalizados son chicos presos".


Dubaniewicz realizó en 2002 una investigación en los institutos penales y asistenciales de la provincia de Buenos Aires. El panorama general era crudo: "Yo hago mucho hincapié en el hospital Sbarra, de La Plata, provincia de Buenos Aires, que es donde mayormente los jueces derivan a los bebés y al que utilizan como un instituto de internación. Ahí están mandando chicos sanos, sólo un 25 por ciento de 120 chicos relevados en 2002 entró por enfermedad. De esos 120 niños, 96 podían salir: con apoyo a la familia, en guarda para adopción o con convocatorias a la comunidad". En el instituto Rivadavia, casi el 100 por ciento podía salir con esas opciones.

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