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lunes, 20 de abril de 2009

Los riesgos para los bebés

(Informe realizado por la Lic. Gladys Sarmiento)

El Proceso de vinculación – díada madre-hijo.

El texto que sigue se basa en un trabajo publicado por la Dra. Mónica Kimelman J. Psiquiatra Infantil – Chile.

El bebé dispone desde el nacimiento de competencias sensoriales y de competencias interactivas para vincularse y promover las conductas de maternaje de las que depende para sobrevivir. Las conductas de maternaje y las conductas de vinculación del bebé son observables en simultaneidad como elementos interactivos de un sistema díadico. Desde la sintonía que alcancen las conductas de uno y otro, se irá modelando el yo del bebé como un emergente que, descubriendo experiencias afectivas compartidas irá desarrollando una personalidad sana. Estados desintonizados generan estados displacenteros, tensión, desconfianza e incertidumbre que conducen a no confirmar el sí mismo emergente y a una amplia gama psicopatológica.
La disponibilidad materna o su competencia reparatoria de estados desintonizados puede estar interferida por cuestiones psicológicas, como conflictuosidades entre el bebé imaginario y el bebé real; expectativas y rol asignado al bebé en la dinámica familiar; presencia o ausencia de deseo de hijo; aspectos transgeneracionales como la relación de la madre con sus propios padres, presencia de psicopatología y aspectos sociales como disponibilidad de recursos materiales, apoyo de red social y las prácticas biomédicas institucionales.
Procesos de vinculación que se consolidan en vínculos seguros se correlacionan con niños sanos que se hacen adultos también sanos en tanto procesos de vinculación conducentes a vínculos ansiosos o desorganizados se correlacionan con psicopatología temprana.

Las descripciones de las consecuencias patológicas de la privación materna informan de la índole crítica de la relación temprana. Durante la primera guerra mundial Pfaunder e Ibrahim denunciaron el estancamiento hospitalario, Bender en 1935 planteó la relación entre la carencia afectiva precoz y el desarrollo ulterior de una psicopatía. Ribble en 1938 escribió acerca de los recién nacidos que mueren por falta de amor maternal. Spitz describió la depresión anaclítica y el hospitalismo con una metodología más rigurosa; M. Mahler estudió los correlatos interactivos observables durante la fase simbiótica; y Bowlby postuló la teoría del vínculo en 1958 a partir de la cual se generan variadas investigaciones clínicas en el tema.
En su artículo "La índole del vínculo del hijo con su madre" Bowlby asoció su premisa del vínculo primario con los últimos trabajos de M. Klein en los cuales, según señalara se vislumbraba "algo más en la relación del bebé con su madre que la satisfacción de las necesidades fisiológicas". El trabajo de este autor condujo a un creciente empleo de la etología en los estudios de la relación madre bebé previligiando así la metodología de la observación de los fenómenos en su medio natural.
Winnicott enfatizó la importancia de la reciprocidad de la experiencia entre la madre y el bebé y reafirmó que "Un bebé no puede existir solo, sino que es esencialmente parte de una relación, si vemos un bebé, vemos la previsión ambiental y detrás de ella vemos a la madre". La necesidad de vinculación primaria del bebé y la unidad que conforma el bebé con la figura de apego primordial han constituido las premisas básicas de los estudios de interacción temprana que sentaron las bases para estudiar la psicopatología de los primeros años de vida.

CARACTERISTICAS DE LA MADRE

Las características de la madre inciden en el bebé al menos por dos razones: la madre suele ser la figura primordial del vínculo y la existencia de la interdependencia entre el funcionamiento psíquico de la madre y el bebé. Esta interdependencia constituye a menudo el sustrato primordial de la psicopatología del bebé.
Se requiere evaluar la identidad materna, la contribución del eje transgeneracional en su construcción, la historia de la relación con el bebé al menos desde la concepción, el rol del bebé en el sistema familiar, los posibles conflictos en torno a vivencias de la maternidad y al ejercicio de las funciones parentales.


ROL DEL PADRE Y LA FAMILIA
La contribución del padre al desarrollo normal o patológico del hijo puede ser directa, a través de la relación mediatisada por la madre y por ausencia en casos de familia monoparental.
La estructura y funcionamiento de la familia y la red social formal e informal son variables a considerar en la evaluación por cuanto regulan la disponibilidad física y psicológica de la madre hacia el bebé y el grado de protección que envuelve a la díada.
En suma, la evaluación del bebé requiere una perspectiva multifocal que considera simultáneamente las características del bebé, las características de los padres, la relación entre ambos y el ecosistema en que están insertos.


NOSOGRAFIA

La clínica descriptiva del bebé puede tomar como eje las modalidades de interacción que subyacen al proceso de vinculación, puede basarse en las diferentes modalidades de expresión sintomática y puede clasificarse de acuerdo a las diversas situaciones clínicas familiares.

I- TRASTORNOS DEL VINCULO

1- Transtornos del proceso de vinculación
a) Por ausencia de la madre o sustituto maternal.
b) Por discontinuidad da la relación con el objeto de vinculación
Los efectos de la carencia afectiva sea por ausencia o pérdida del objeto de vinculación dependen de la fase evolutiva de la permanencia de objeto en que se halle el niño al producirse la separación, el tipo de relación previa a la separación, la disponibilidad y características de una nueva figura de apego.
c) Por Transtornos cuantitativos de la interacción: hiperestimulación e hipoestimulación.
La hiperestimulación se observa cada vez que las madres no leen las señales de saturación sensorial del bebé, sea por rasgos intrusivos, ansiosos, sea por hiperreactividad del niño privándolo de vivenciar el valor comunicativo de las señales emitidas.
La hipoestimulación se observa sea por fallas de la disponibilidad materna por psicopatología, rechazo o acumulación de stress, sea por una baja demanda de solicitud de interacción del bebé.
Si la espiral interactiva entre ambos protagonistas se retroalimenta progresivamente existe alta probabilidad de ocurrencia de transtornos psicofisiológicos en el primer caso y transtornos del mismo tipo de la carencia afectiva en el segundo caso.
Cabe destacar que el nivel adecuado de estimulación debe ser evaluado de acuerdo al temperamento, las características de regulación y competencias del bebé de tal forma que un determinado nivel de estimulación que puede ser ideal para un determinado bebé, puede ser excesivo para un bebé de bajo umbral sensorial e insuficiente para un bebé hiporeactivo.
d) Por transtornos cualitativos de la interacción: interacción armónica e interacción disarmónica.
Interacción armónica: las competencias sensoriales e interactivas del bebé y las competencias maternales se acoplan sintónicamente de tal forma que las conductas maternas parecen ir al encuentro de las necesidades del bebé o bien responden directamente a las señalas del niño. El niño construye gradualmente una representación interna de su madre como habitualmente disponible generándose un proceso de vinculación adecuado con alta probabilidad de conducir a un tipo de vínculo seguro.
Interacción disarmónica: las señales del bebé no se perciben o interpretan adecuadamente por variadas razones configurándose diacrónicamente un proceso de vinculación inadecuado con alta probabilidad de conducir a un vínculo de tipo ansioso ambivalente, ansioso resistente o desorganizado.
El tipo de vínculo seguro protege al niño de psicopatología y de maltrato y negligencia por parte de la figura de apego primordial correlacionándose con mejor calidad de salud mental a lo largo del ciclo vital.
El estudio de D. Stern ilustra magistralmente la evolución de las interacción armónicas y disarmónicas en dos díadas madre-bebé que comparten simultáneamente la misma madre.
Stern analiza mediante el método microanalítico la interacción de una madre y sus gemelos de 3.1/2 meses. Mientras con uno de los gemelos (Mark) la interacción es armónica con el otro gemelo (Frank) se observa un desfase de la posición frente a frente como si cada uno persiguiera al otro sin alcanzarlo nunca. El análisis de las unidades de interacción muestra que estadísticamente la madre era más inductora de esta situación. Lo substancial es que en este caso no se produce ni intercambio real ni separación real siendo Frank privado de un mecanismo de autorregulación que le permite ir procesando una separación sin pérdida.
La evaluación a los 12 y 15 meses muestra que Mark explora libremente mientras que Frank se muestra aprensivo y dependiente debiendo asegurarse constantemente de la presencia materna. Mark presenta un tipo de vínculo seguro que como lo muestran los estudios prospectivos se correlaciona con un mejor desarrollo, afectivo y una mayor competencia cognitiva y social respecto a los otros tipos de vínculos.
Este estudio muestra también que el tipo de vínculo es más un atributo del proceso de interacción que de características intrínsicas maternas.

2- Transtornos del tipo vincular
a) Vínculo ansioso ambivalente: el niño duda de la disponibilidad de la madre y presenta angustia de separación por lo cual limita su exploración. La experiencia que hace el niño de la inconsistencia parental puede y suele ser reforzada por separaciones y por amenazadas de abandono.
b) Vínculo ansioso evitativo: el niño va creando expectativas negativas hacia la disponibilidad de los padres a través de una experiencia análoga a la experiencia de negligencia emocional.
c) Vínculo desorganizado: el niño muestra conductas de desorientación, miedo, confusión, apego y desapego frente a la figura de vinculación.

Criterio Diagnóstico
Se basan en la situación extraña, interacción con los padres y capacidad de exploración.
El procedimiento diagnóstico para tipificar el tipo de vínculo, conocido como situación extraña, es obra de Ainsworth. La investigadora observando las reacciones de madres y niños de entre 12 y 15 meses que en una situación experimental de 3 ensayos son separados 3 minutos y vueltos a reunir, tipifica los tipos vinculares; seguro, ansioso ambivalente y ansioso evitativo. Main añadirá después la descripción del otro tipo vincular que llamará desorganizado observando transtornos de la conducta del niño en presencia de la figura de vinculación durante la situación extraña y no necesariamente frente a la separación y reunión.

3- Secuelas de los transtornos de vinculación
a) Transtorno reactivo de la vinculación en la infancia y la niñez. Presente en la clasificación del DSM-IV e ICD-10, se refiere a una perturbación de las relaciones sociales del niño que puede presentarse como tipo inhibido o deshinibido en cualquier contexto y se inician antes de los 5 años. Según el DSM-IV la crianza patógena es responsable de este transtorno.
b) Negligencia hacia el niño. La negligencia como falla de los mecanismos de activación recíprocos del proceso de vinculación genéticamente programado se manifiesta como omisión de conductas de maternaje, insuficiencia de cuidados, rechazo y abandono.
c) Maltrato físico y psicológico hacia el niño. Corresponde a un pasaje al acto impulsivo frente a situaciones de frustración en la interacción con el bebé, fracaso en calmarlo, alimentarlo. La frustración surge dada la incoherencia entre la persistencia del bebé imaginario reparador y el bebé real. La observación de nuestro equipo de salud mental perinatal es que madres transgeneracionalmente carenciadas afectivamente no efectúan el duelo normal del bebé imaginario lo que entorpece el reconocimiento del bebé real como persona con sus propias características. La madre le proyecta el fracaso de sus expectativas y por ende la relación no solamente no confirma al bebé sino que puede destruirlo física y psicológicamente. Una presentación clínica que ilustra esta modalidad de interacción es el síndrome del niño sacudido de tanta gravedad que puede llegar a comprometer el pronóstico vital del bebé.
d) Nanismo Psicógeno se relaciona con distorsiones o carencias relacionales y se asocia a transtornos de las etapas 3 y 4 de sueño en las que se secreta hormona de crecimiento.


II- MODALIDADES DE EXPRESION SINTOMATICA

1- Trastornos de expresión somática
2- Trastornos de expresión motora
3- Trastornos de expresión mental
4- Trastornos del desarrollo
Esta clasificación se apoya en la singularidad de cada una de las categorías, no implica etiología y pueden asociarse.


1- TRASTORNOS DE EXPRESION SOMATICA:

a) Cólico de los tres primeros meses: Afecta primordialmente a bebés hipertónicos sujetos a una preocupación materna primaria excesiva y ansiosa, si no se resuelve el conflicto de base, la interacción no varía y el bebé puede reemplazar evolutivamente este síntoma por otro.
Criterios para el diagnóstico:
- Comienza en la segunda o tercera semana de vida.
- Crisis frecuentes en horario post-prandial.
- Apetito y peso normal.
- Examen clínico y paraclínicos normales.
- Crisis intensas mejoran con separación de figura materna.
- Crisis se calman con movimientos rítmicos que disminuyen la contracción visceral.
b) Trastornos del sueño: su incidencia esta progresivamente en aumento debido a que exigencias actuales que enfrentan las organizaciones familiares introducen elementos de perturbación en la evolutividad natural del ciclo sueño vigilia. Así los transtornos del sueño pueden estar ligados a factores perturbadores del medioambiente o ligados a dificultades relacionales, puede aparecer los primeros meses de vida por demanda excesiva o el segundo año de vida ligado a la angustia de separación.
- Insomnio del primer semestre: Este insomnio precoz se presenta desde las primeras semanas en dos formas diferentes.
- Insomnio calmo: Los bebés permanecen largo tiempo del día y la noche con los ojos grandes abiertos, de pronóstico grave corresponde a un trastorno severo del desarrollo como autismo o constituye el primer síntoma de una psicosis infantil.
- Insomnio agitado: De mayor frecuencia que el anterior los bebés alternan períodos breves de sueño y vigilia, corresponde a distorsiones relacionales dadas por incoherencias de actitudes parentales, carencias, discontinuidad afectiva y/o sobre estimulación. El bebé se muestra irritable llora provocando aumento de la tensión familiar lo que suele agravar el síntoma.
En los casos más benignos la reacción de los padres refuerza el insomnio a través de gratificaciones: pasearlo, alimentarlo.
- Insomnio del segundo semestre: Este insomnio de conciliación se asocia a la angustia de separación contemporánea a la permanencia del objeto afectivo. De buen pronóstico si cuenta con un proceso de vinculación adecuado y adopta un objeto transicional.
- Trastornos ulteriores
- Trastornos del sueño ligado a la hiperactividad motora: de mayor frecuencia en varones entre 9 y 30 meses se caracteriza por dificultades en la conciliación, alternancia de períodos de sueño y vigilia frecuentes a lo largo de la noche.
- Transtornos del sueño ligados a la ansiedad: por persistencia de la ansiedad de separación o por traumatismos como enfermedades, intervenciones quirúrgicas, separación por hospitalización.
- Transtorno del sueño dentro de una psicopatología grave.

c) Trastornos de la alimentación.
Constituyen el transtorno somático de mayor frecuencia de consulta durante el primer año de vida, sea como síntoma aislado, sea concomitante a otro transtorno. Esto es comprensible dado el rol central de la alimentación en la relación madre-bebé. Los principales transtornos se refieren a la anorexia, los vómitos, la rumiación y la hiperfagia. Revisaremos los dos primeros.
- Anorexia: constituye la perturbación de mayor frecuencia y mayor importancia histórica por constituir el primer transtorno somático con reconocimiento de su origen psíquico. De forma variada según la edad, alcanza su mayor frecuencia en el segundo semestre.
- Anorexia mental del segundo semestre: no es un síntoma unívoco, debiéndose diferenciar la anorexia simple o común de la anorexia compleja.
Anorexia Simple Reaccional: Conocida también como anorexia del destete, aparece como un transtorno reaccional al cambio de alimentación que puede perpetuarse a través de un proceso de reacciones recíprocas entre la oposición del bebé y la actitud de presión de la madre. Para impedir una reacción circular de oposición es importante convencer a la madre de no forzar al bebé a comer. Si la madre varía de táctica la anorexia desaparece rápidamente, si la reacción circular se instala puede durar meses o años.
Anorexia Compleja: Más intensa y resistente al cambio que la anterior. Los bebés se comportan como si la comida no les interesara. Las formas más severas corresponden a situaciones relacionales muy conflictivas o integran una constelación sintomática reveladora de una depresión; en este último caso la anorexia de inercia se acompaña de apatía, desinterés por el mundo exterior y tristeza.
En casos extremos el compromiso vital puede estar amenazado por la falta de alimentación, al conjugarse la carencia de un mínimo de experiencias gratificantes con la confrontación a mensajes incoherentes por incompetencia parental extrema como es observable actualmente en díadas con madres que presentan polidependencia.
- Vómitos: de mayor incidencia en el segundo semestre de la vida pueden aparecer brutalmente en situaciones de valor traumáticas para el bebé o episódicamente en el curso de una anorexia en que acepta la alimentación para luego rechazarla. No es infrecuente que los vómitos sustituyan la anorexia.
Cabe hacer notar que vómitos ligados a factores emocionales pueden complicar cualquier cuadro somático.
- Rumiación: aparece entre los 6 y los 8 meses en forma de regurgitaciones y masticaciones repetidas de alimentos, en caso de persistir puede alterar el estado general provocando una desnutrición severa que puede llegar a comprometer el estado general. La observación de la rumiación en bebés ávidos de contacto, hijos de madres muy represivas o deprimidas han llevado ha postular el valor sustitutivo del dialogo tonico con la figura de apego de la rumiación.

d) Trastornos Dermatológicos:
La piel es fiel reflejo de las influencias psíquicas por el fenómeno psicogálvanico (alteración emocional del potencial eléctrico). Entre las manifestaciones más frecuentes están la urticaria, el eczema y la psoriasis. Revisaremos suscintamente una de ellas.
Eczema aparece entre los 5 y 6 meses de vida para desaparecer entre los 18 y 24 meses. Con cierta frecuencia es seguida por otra patología como el asma. Los bebés tendrían una predisposición congénita exacerbada para las respuestas cutáneas que las madres descritas como con altos niveles de hostilidad y ansiedad elicitarían fácilmente.

e) Trastornos Respiratorios
Apnea Emocional:
El episodio de apnea es concomitante al llanto y puede conducir a la pérdida de conocimiento y convulsiones si se prolonga. Ocurrencia entre el segundo semestre y los 36 meses de vida.
Se presenta en forma cianótica en niños activos y menos frecuentemente en la forma pálida en los niños pasivos la ansiedad que provoca este cuadro en los padres los invita a evitar la frustración hacia el niño extendiendo los límites disciplinarios lo que a su vez provoca aumento de intolerancia a la frustración y mayor posibilidad de episodios de apnea en situaciones relacionales análogas.

2- TRASTORNOS DE LA EXPRESION MOTORA:
La desorganizacion somática y la motricidad constituyen las vías primordiales de expresión corporal de la psicopatología temprana.
El tono muscular, la postura y el movimiento están íntimamente ligado al contexto afectivo y relacional. La impresión y expresión corporal de la emoción descrita por Wallon en el diálogo tónico se instala a partir de los primeros días de vida a través de la ocurrencia y calidad del holding y el handling materno.
Los transtornos del tonus fluctúan entre la hipotonía axial del bebé afectivamente carenciado a la hipertonía del bebé ansiosamente solicitado.
Las descargas motoras se pueden agrupar en descargas de tipo rítmico como los balanceos; descargas de tipo exploratorio como llevarse los dedos a la nariz o restregarse partes del cuerpo; descargas de tipo autoagresiva como golpearse la cabeza y descargas autoéroticas.
Los transtornos globales de la motricidad se polarizan sea hacia la hiperactividad, agitación y excitación sea hacia la pasividad, inercia y apatía.
Su importancia no depende tanto de su ocurrencia sino de la intensidad, frecuencia y concomitancia de otros síntomas orientadoras de su diagnóstico.
Estudios prospectivos especialmente en poblaciones de prematuros sugieren una correlación entre las manifestaciones motoras precoces y transtornos ulteriores de la psicomotricidad que se evidencian a partir de las dificultades escolares.

3- TRASTORNOS DE EXPRESION MENTAL
a) Depresión
b) Fobia
a) Depresión: constituye el cuadro clínico de mayor frecuencia y comprende la depresión anaclítica y las formas de presentación menos acentuadas de mayor frecuencia actualmente.
Depresión anaclítica: observada por Spitz en bebés mayores de 6 meses en salas cunas dependientes de servicios penitenciarios consiguiente a la separación por motivos administrativos de sus respectivas madres, la relación previa madre-bebé se situaba dentro de la normalidad. Spitz describe la siguiente evolución:
"Primer mes: los niños se vuelven llorones exigentes, tienden a asirse al observador cuando éste logra hacer contacto con ellos.
Segundo mes: el lloriqueo se cambia en gemidos. Se inicia la pérdida de peso. Hay una detención en el índice de desarrollo.
Tercer mes: los bebés se niegan al contacto. Yacen postrados en sus camitas la mayor parte del tiempo. Se inicia el insomnio, prosigue la pérdida de peso. Hay una tendencia a contraer enfermedades intercurrentes, el retraso motor se generaliza. Se inicia la rigidez facial.
Luego del tercer mes "el retraso motor se acrecienta y es reemplazado por el letargo. El índice de desarrollo empieza a decrecer."
Spitz describe un período transitorio de 2 meses en que el cuadro es reversible con el regreso de la madre o adecuado sustituto materno aunque deja cicatrices que aparecerán en años posteriores. Si la separación excede cinco meses el cuadro se funde con el hospitalismo, esto significa que se torna irreversible y presenta altas tasas de mortalidad.
Recordemos que la noción central de hospitalismo es la privación total del objeto afectivo lo que le otorga mayor patogenicidad que la deprivación.
Hoy en día la depresión anaclítica se presenta especialmente en situaciones catastróficas, naturales y de guerra, cada vez que el bebé pierde radicalmente en quien apoyarse.
Las otras formas de Depresión se dan en presencia de los padres que sin embargo no se involucran afectivamente en la interacción su hija, como en algunos casos de transtornos de la interacción con madres con depresión puerperal.

Criterios diagnósticos
Humor disfórico: se presenta como un comportamiento de indiferencia sin quejas ni lágrimas, de inexpresividad más que de tristeza. Apatía.
Transtorno de la psicomotricidad: la inercia motriz y una tendencia repetitiva monocorde contrasta con las variadas conductas del bebé normal. Mímica pobre, disminución y lentificación de los movimientos corporales, de las iniciativas psicomotoras y de las respuestas motoras frente a variados estímulos en situación interactiva.
Pobreza interactiva: disminución notable de las demandas de interacción y disminución de las respuestas frente a las interacciones solicitadas a nivel de los diálogos verbales, corporales y visuales; el transtorno de la comunicación se agrava circularmente en la medida que la interacción con el bebé no es gratificante para el otro protagonista.
Esta tríada elemental para el diagnóstico del síndrome depresivo se asocia generalmente con síntomas de expresión somática.

b) Fobia: se manifiestan generalmente a partir del segundo semestre de la vida como fobias masivas, desorganizadas frente a ruidos, objetos diversos o selectivas a la alimentación, la defecación. La fobia constituye un estado de inhibición ansiosa que bloquea la curiosidad natural del bebé por lo cual puede perturbarlo en diferentes áreas de su desarrollo.


4- TRASTORNOS DEL DESARROLLO

El desarrollo se exterioriza por adquisiciones que se inscriben cronobiológicamente a nivel de la psicomotricidad, el lenguaje, el comportamiento con los objetos y hacia las personas (comportamiento adaptativo y sociabilidad respectivamente).
Desde una perspectiva clínica se distinguen los transtornos generalizados y los
específicos.
Evolutivamente se diferencian los retardos y las deficiencias inscritas genéticamente.
Desde una perspectiva estructural el transtorno puede constituir la expresión psicopatológica en si misma o puede estar incluída en una estructura mental definida: deficitaria, psicótica, neurótica o disarmónica.
Esta categoría puede, por lo tanto, englobar alteraciones tan variadas como el Retardo del desarrollo psicomotor y el Autismo infantil.


III- SITUACIONES CLINICAS FRECUENTES EN FAMILIAS EN FORMACION:

Desde la óptica preventiva de este tema es perentorio enunciar las situaciones que dificultan el proceso de vinculación para ir difundiendo transdisciplinariamente las conductas y actitudes mas adecuadas para garantizar el mejor desarrollo posible del niño.
1- Situaciones clínicas del bebé que dificultan el proceso de vinculación. Las situaciones que asientan en el bebé, al menos en su expresión fenotípica como la prematurez y las malformaciones tienen como denominador común los protagonistas (padres-bebé-equipo de salud) y el proceso de duelo, sea pérdida del estado de gravidez y del bebé de termino, sea la pérdida del niño normal.
2- Situaciones clínicas de los padres: cabe destacar los procesos de duelo y la psicopatología parental.
La elaboración del duelo se contrapone psicodinámicamente al proceso de vinculación lo que confiere una vulnerabilidad no despreciable a ambos procesos, especialmente en casos de duelo por hijos fallecidos.
El peso de la psicopatología parental depende de factores tales como su naturaleza, su gravedad, duración, evolución y red de apoyo familiar y social y la edad del niño. El efecto perturbador de psicosis, transtorno de la personalidad transtornos afectivos y polidependencia es objeto de estudio de los últimos años.
3- Familias con múltiples carencias transgeneracionales constituyen otro grupo de riesgo para transtorno de la vinculación por la falla en la incorporación de una imagen de identificación parental adecuada.


TRATAMIENTO

Las intervenciones terapéuticas son múltiples y diversas según la especificidad del transtorno, los objetivos y la referencia teórica.
Según el modelo expuesto la psicoterapia madre-bebé constituye la primera opción, ella introduce modificaciones de las interacciones diadicas utilizando una aproximación multifocal a nivel de las interacciones concretas a nivel y a nivel de las verbalizaciones maternas; facilita la emergencia de los contenidos que se inscriben en los comportamientos interactivos disfuncionales movilizando la problemática relacional para su elaboración. Intervenciones lúdicas dirigidas al bebé en presencia de la madre e intervenciones centrada en el contenido transgeneracional dirigidas a los padres pueden ser igualmente eficaces.

PREVENCION

Que la perinatalidad sea un período clave para el desarrollo de vínculos adecuados brinda la posibilidad de efectuar intervenciones oportunas de gran impacto preventivo, anticipando la instalación de transtornos. La difusión de conceptos y transferencia de técnicas básicas que fomenten un proceso de vinculación adecuado y detecten tempranamente relaciones de alto riesgo relacional deberían incorporarse programáticamente.

Depresión Anaclítica – Concepto.
El Síndrome de Depresión anaclítica, fue descripto por René Spitz en 1945, el mismo sobreviene en el curso del primer año de vida del niño como consecuencia de un alejamiento brutal y más o menos prolongado de la madre tras haber tenido el niño una relación normal con ella.
Cuadro clínico
El cuadro clínico que presenta es el siguiente: pérdida de la expresión mímica (de la sonrisa) mutismo, anorexia, insomnio, pérdida de peso y retardo psicomotor global. Sin embargo, la depresión anaclítica es reversible: si la ausencia de la madre no es muy prolongada, al reestablecerse el vínculo, la depresión cesa muy rápidamente.
Es en este sentido que la depresión anacítica es producto de una privación afectiva parcial en el niño, pero si esta privación sobrepasa las dieciocho semanas el niño probablemente pasaría al estado de hospitalismo. En este estado, también descrito por Spitz, la separación madre-hijo, durante un tiempo muy largo o total, desemboca en la imposibilidad del niño para entablar contactos afectivos permanentes; por ejemplo, porque está en una institución de salud que da tratamiento impersonal.

Profesionales especialistas en Estimulación Temprana
Con respecto a las profesionales, la que trabaja en estimulación es la Dra. Alicia Oiberman, ella trabaja o trabajaba en el Hospital Materno Infantil "Ana Goitia", de Avellaneda (comunmente llamado maternidad Jaramillo). Fue becaria del Conicet, y de UBCYT.
Otra especialista en Estimulación temprana es Haydee Echeverría, está trabajando en la Universidad de Gral San Martín.
Con respecto a Estrés post-traumático, Sociedad Arg. de Psicotrauma www.psicotrauma.org.ar Campichuelo 215 CABA - 4903-0493.