(Extraído del sitio de Periodismo Social)
Otro problema central del régimen de adopción de niños, institucionalizados o no, es el tiempo que se toman los jueces para resolver cada situación, a través de la adopción, del trabajo de revinculación con su familia biológica o con modalidades alternativas.
"Los chicos que quedan en instituciones no están en condiciones de preadoptabilidad, es decir, no se cortó el vínculo con sus padres biológicos, el ejercicio de la patria potestad. La mayoría está en estado de semiabandono", explica Sara Horowitz, fundadora y ex jefa del área de adopción del Hospital Pediátrico Pedro Elizalde, de Buenos Aires.
La jueza de Familia porteña Mirta Ilundain acota las responsabilidades del Poder Judicial en la demora de los trámites: "Cuando un chico está en condiciones de ser dado en adopción no sé si habrá excepciones, pero no creo que haya un juez que se lo quede en el juzgado".
Ilundain opina que la agilidad de los trámites depende también de otros actores. "Si encontrás un profesional idóneo -que no siempre ocurre- que te diga que la madre va a la visita pero está mirando para otro lado, esperando irse, o que el chico cuando la ve se pone a llorar, no la quiere, no la acepta, entonces hay que ver por qué. Muchas veces te lleva más tiempo que el que vos quisieras que alguien te diga 'esta madre no está en condiciones de tener a ningún chico bajo su guarda'", hace notar.
Dubaniewicz, en cambio, centra el problema en los jueces porque "mientras saben que los chicos están protegidos en tal comedor, en tal otro hogar, en un pequeño hogar -afirma-, no se preocupan por activarles las causas y buscar que puedan salir en adopción".
La investigadora volcó en un libro la información que recolectó sobre la historia de la adopción y la institucionalización en el país, donde destaca que, contra la creencia popular, el porcentaje de abandono total desde el Virreinato hasta ahora ha sido de un 5 por ciento y a veces, en casos excepcionales, de un 10 por ciento. Del 90 por ciento restante de los niños institucionalizados, el 80 por ciento es hijo de familias pobres, y el 10 por ciento representa a chicos de familias que no han querido hacerse cargo pero no necesariamente por cuestiones económicas.
"Si ya se percibe que la familia biológica no se va a hacer cargo del niño inmediatamente hay que darlo en guarda para adopción -propone-. Como los jueces no se quieren jugar -según Dubaniewicz- prefieren directamente mandarlos a institutos, dilatan todo el tema y si a los 4 ó 5 años los padres no aparecieron o no se hicieron cargo recién ahí dictaminan la adopción".
Los jueces también son objeto de críticas en el CONNAF. Cuando los padres aparecen muy de vez en cuando, sostiene Benchuya, "no le dan oportunidad al chico de permanecer con la familia biológica, si puede, o con otra familia, y eso es muy deteriorante para su vida, muy cruel, porque no sabe si lo va a venir a buscar su familia biológica o si se lo van a llevar".
La jueza replica que si los juzgados entregan a los niños muy rápidamente en adopción, los magistrados son acusados de judicializar la pobreza y de privar de la patria potestad a familias que no tienen posibilidades de defenderse. "Una madre pobre, indigente, puede estar en muy buenas condiciones de prohijar a un chico. Hay que tratar de que esa persona pueda tener los medios necesarios como para poder hacerlo y esa es una tarea del Ejecutivo a través de todas las organizaciones. Cuando nos llega a nosotros tiene que ser porque después de todo lo que se hizo para que el chico pueda permanecer con su familia de origen y pueda mantener sus vínculos biológicos no se ha podido porque hay otras razones aparte de las económicas", afirma la magistrada.
Ilundain sugiere que habría que modificar la ley para que la posibilidad de declarar el estado de abandono no fuera tan rígida en relación con los plazos. "Es muy difícil la tarea de los jueces en este momento, en el que está tan cuestionada la credibilidad en, como dice la gente, 'la Justicia'", explica.
En este sentido, Horowitz concuerda con que hay que "tomar en cuenta que el juez que da 'muy rápido' un bebé, nene o nena está en riesgo, pues puede ser sancionado. Seguramente hay menos riesgo de equivocarse si no hace nada".
Claudio Ballattore, abogado y aspirante a guarda adoptiva, comenta que "el juez depende mucho de la velocidad de respuesta que tengan determinados organismos también. Hay jueces que ofician a la Policía, al hospital y al registro de las personas y esos organismos a veces contestan en un mes, pero a veces hasta el tercer oficio no responden. El juez está poniendo la firma para entregar un chico y tiene que asegurarse de que hizo todo lo posible para encontrar a la familia".
Video: Por una nueva Ley de Adopcion
martes, 24 de marzo de 2009
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